Se da la circunstancia de que el galés Nathan Jones fue uno de los primeros jugadores extranjeros que vistió la camiseta numantina. El fútbol femenino ha llegado para quedarse con un modelo de negocio que replica los entresijos del fútbol masculino, pero que todavía guarda la cercanía entre el deportista y el aficionado, posteriormente cliente, lo que genera un reducto para las marcas que quieren una interrelación más genuina con sus consumidores.