Al fin y al cabo es una camiseta rojiblanca, que es lo importante. Es cierto que a primera vista desentona mucho, pero me parece original y atrevida. El meta belga se ha convertido esta temporada en el ángel de la guarda del Real Madrid, un curso lleno de paradones salvadores con cumbre en la final de la Champions, donde dejó una exhibición quizás nunca antes vista en un partido de esa talla.
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